viernes

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"Arlequines"
Pintura de Carlos Vico Lacosta

miércoles

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ARLEQUIN Nº. 6

"Arlequín" Manuel Toste



"Suelo convertirme en eso....en la noche dentro de mi habitación/nadar en el grito y su espectro/sollozando siempre su veneno/rasgando el cielo y la memoria/los perfiles y el risco del firmamento/el luto maquillado sobre mi lengua/germina en el grumo en la perla y su rubor callado..."


(Julio César Díaz - Mexico)



Mayo/Junio 2007

PRESENTACIÓN

La perplejidad puede ser también un aliciente. Pues en ese sitio de irresolución quizá haya la esperanza de la sorpresa que nos mueve a seguir, sin preguntar o interrogando, no importa. Lo cierto es que en cada número los protagonistas hacen ese chasquido de dedos que llama la atención, lanzan su grito, un susurro que va quedando en la historia. Y uno tiene que girar la cabeza, inevitablemente, para observar qué es lo que ocurre. Y ocurre nada más y nada menos que una revista, un modo harto conocido y a la vez nuevo porque su mensaje quiere dejar la impronta especial, su quimera, la utopía realizable a través de la poesía, la prosa, la pintura, el comentario…Hablaba de la perplejidad, esa que asoma atrevidamente y sin permiso ante cada desafío. Tal vez sea bueno el desconcierto, no lo sé, que se produce frente a la hoja en blanco… sólo para saber apreciar el logro en su total dimensión.Gracias todos los que siguen colaborando.

Carlos Vico

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Manda tus artículos y/o creaciones a nuestro e-mail:
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Mensualmente expondremos tus poemas, prosas, artículos, crónicas etc., o bien tus obras artísticas, obras plásticas que desees mostrar: dibujos, pinturas o cualquier forma de expresión artistica que imagines.
Esperamos tu colaboración....

domingo

Contenido Revista Arlequín No.6


ART & POESIA










ART & CINE-ART



CRÍTICA porDavid Garrido
“Un encuentro de dos: / ojos en los ojos, / cara a cara. / Y cuando estés cerca, te arrancaré los ojos / y los colocaré en el lugar de los míos. / Y arrancaré mis ojos / para colocarlos en el lugar de los tuyos. / Entonces te veré con tus ojos / y tú me verás con los míos..."


ART & CUENTO CORTO

La culpa
Selavy
"Comprendo la voz de otra persona girando el cuello hacia arriba, con mi bastón inclinado en la dirección de aquel que me dice el día que hace. Sé que el sol me da en la frente. Los ciegos notamos el sol con mejor grado que las conversaciones. Se lo digo a mi vecino del quinto, ya en la calle, que lo considera peyorativo, pero asiste con amabilidad siempre. Jamás le he tocado la cara...." Leer más

ART & CUENTO CORTO

FIEBRE DE SÁBADO POR LA NOCHE

Carlos Vico
"Veo a los mamarrachos dando vueltas, buscando el consuelo de la mirada, la pequeña aprobación, ayudados por la cómplice semipenumbra musical. Los veo sacudirse Mirta, epilépticos, reinventando a los dinosaurios de la juventud que ha huido, motas perdidas en el vaivén de una vieja canción..." Leer más

ART & LITERATURA

Ernesto Sábato

" Fué una espera interminable. No sé cuanto tiempo pasó en los relojes, de ese tiempo anónimo y universal de los relojes, que es ajeno a nuestros sentimientos, a nuestros destinos, a la formación o al derrumbe de un amor, a la espera de una muerte. Pero de mi propio tiempo fué una cantidad inmensa y complicada, lleno de cosas y vueltas atrás, un río oscuro y tumultuoso a veces, y a veces extrañamente calmo ... Leer más


ART & LITERATURA
Albert Camus
" Jamás he podido renunciar a la luz, a la felicidad de existir, a la vida libre en que he crecido. Pero aunque esta nostalgia explique muchos de mis errores y de mis faltas, me ha ayudado sin duda a comprender..."
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ART & LIBROS
EL TUNEL
Ernesto Sábato
Editorial Cátedra
Letras Hispánicas
Edición de Ángel
LeivaDuodécima Edición
165 páginas

"Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne". Con esta autoconfesión tan brutal, tan tajante comienza "El túnel". Y es el propio Castel el que nos relata, a modo de intensa y brutal introspección, la historia de su tormentosa pasión por María... " Leer más

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ART & POESÍA

ART & POESIA (Perla J.M.)



Ritual


¿Dónde estás?

Las siluetas tremebundas

se balancean detrás de la muralla

regida por los tabúes

no desean caer

aplastarse las oscuridades

y salir relucientes ante la sociedad

sin tabúes


¿dónde estás?

los fetos bailarines se dislocan

las entrañas

preguntándose


¿porqué?

mientras la muralla irrompible

se jacta nuevamente de los indiferentes

los amurallados quietos en elcirculo vicioso de la mentira

los conquistadores de sueños

nos comemos las vísceras

(no hay como vivir)


¿dónde estás?

se castigan las espaldas con látigos

de hipócritas religiones

soslayando la falta de neuronas

para precisar nacimientosen coles de brucelas


¿dónde estás?

gordos patrióticos se lanzan

por sus banderas

empobrecidas de lógica,

de hambre

santifica a los pobres papa

que el vaticano te espera

para degustar la cena

(somalíes a la vinagreta)

las angustias se tambalean entre

el vivir y la verdad

las siluetas tremebundas

se balancean detrás de lamuralla regida por los tabúes

¿dónde estás?

amor.


Perla JM

ART & POESIA (Julio César Díaz)



Pisando barro


Suelo convertirme en eso....

en la noche dentro de mi habitación

nadar en el grito y su espectro

sollozando siempre su veneno

rasgando el cielo y la memoria

los perfiles y el risco del firmamento

el luto maquillado sobre mi lengua

germina en el grumo en la perla y su rubor callado


Fui navío del cantar de las sirenas

alcohol, sigilo

sonrisa de asfalto

bailé sobre clavos

para ahuyentar a las arpías

en monocromo te susurré mis venas

bebí del tantra y su lluvia

y el estigma lo sostuve en cada dedo

fui de vino

y el espectro mudó de carnes en tus ojos

junto al aroma rojo

y el estremecimiento de la soledad


Supe ser juramento

funeral de otras tantas vidas

disecadas en armarios

que reposan donde las estrellas remontan el descanso

tengo un cuchillo clavado

en la bipartición de mis sentidos

tengo al sol lamiendo una llaga ebria

y los soliloquios tejiendo mi fortuna


Tengo a la melancolía a deshoras

montando el corcel de la demencia

tengo el sabor del burdel en la punta de la lengua

anunciando las doce en filo de tu otoño

el mundo que sostiene mis pestañas

llora plomo y rancia miel

las imágenes desnudas

se vuelven imperfectas

al toque endecasílabo del tiempo

caminando en el laberinto

de tus huesos

caminando al ras de las estelas

mi tiempo es ser loco y estío

una hecatombe de orgasmos fulgurando en tu guarida.


La luna ha parido un haz de luz

duermo y tu desnudez sonríe

sin voces

al pie de mi ventana

a veces rezo para acallar la trompetada de los muertos.

las horas pasan

y no hay nadie

mis pasos retribuyen las sequías

pero no hay caída

solo esperma y tiempo

ceniza que modela esquirlas en mis ojos.

sufrir la fuga del calambre es mi camino

y dormir de un hálito en la cuna del garbanzo

huyendo de la oreja del titán

con la vanguardia atada a los bolsillos

latir sobre la fuente de mi filo

latir y germinar como una estrella

una saeta que rasgue la luz de tus pupilas

una astilla que se encarne con la noche

y que reviente mi karma

como un glóbulo estelar

romper con el mazo del silencio

todos los estados catatónicos

ser cárcel de humo

tumba fractálica del verso...


Julio César Díaz

ART & POESIA (Marx Espinoza)



Desasosegado


Desasosegado y perplejo

retomo el conteo de los pliegues

de tu voz y sus ahogos;

el jadeo de la luna me trastoca…


Siembro conmovido

un poco de agua viva

en el subsuelo de tu vientre,

el bajo mar de los arcanos.


Desasosegada e insaciableme indicas el arribo

insoluble e inexplicable

a la ínsula perdida,

el agua

el tiempo

la meseta.


Marx Espinoza

ART & POESIA (Marco Palomino)



BHUTVA BHUTVA PRALIYATE


Nube láctea

que se puebla inútilmente,

gravita

cual vasto círculo exhalado,

minuto y sílaba de ayer

a naturaleza presente.


Y traducirá tu armónica accesible

los pétalos de un cosmos imaginario,

los versículos de ayeren una nota fugaz.


Que todo es fugaz.


Sus brazos cardinales

alcanzan la esfera.

Espera

el licor maduro de su danza amarga,

largacomo el alivio de la condena.


Se confirma tal vez en esto la verdad

que es la noche

pendiente del día.


Nube Láctea.

Caridad.


Marco Palomino

ART & POESIA (Denisse Vega Farfán)



Noche

La noche es una costra que se forma
Sobre la llanura
De donde sangró el día
Noche y un penacho
De blancas sombras que flamean
En lo alto del silencio

Noche y tras las fibrosas paredes
Que respiran mi cántico en descomposición
Una carnicería de almas
Que no retornan a sus cuerpos
Voces como cavernas
Que hablan de infectadas formas
Y mohosas comarcas de las que ya no se vuelve
Sino con el cielo escarpado

Noche
Radiografía donde se comprueba que la nada
También tiene una estructura ósea
Donde gobierna y arde un corazón
Ni más crudo
Ni menos cocido
Que el de ambos

Denisse Vega Farfán

ART & POESIA (Mardia)



Quiero

Quiero columpiar la cuna
donde se ha muerto el pequeño

Quiero robarme el suelo
la brújula y el acertijo

Quiero correr entre cirios
y dormitar sintiendo alivio

Quiero anidar la noche en su tumba
y sentir el roce de sus dedos pequeños

Quiero amamantar al gato
al enjuto pordiosero
al errante anacoreta
y al estúpido espasmo

Quiero
librarme del talle
del vientre
y de los ardores

Quiero brotar entre lotos
y sentir lo aguaceros
quiero encanecer al susto
quiero robarme del huerto
quiero escupir en mi rabia
en mi tristeza
y en esta pena hombruna que castiga al goce


quiero enredar mi cabello en el extremo pasillo
juntar mi frente ancha con lo tierno del silencio
y mirar adentro
de sus pupilas secas
quiero sentir la otredad
entibiando mis pechos
desligar esta alma pobre
de los talones del miedo
pero…


sólo puedo recoger los pétalos desprendidos
y guardar la esencia que destilan las memorias
extintas…

Mardia

ART & POESiA (Carlos Vico)

























SILENCIOS

En la boca se ha colgado murallas
Un veneno que se cuela con suspicacias
Abortos de noches ante la ventana que no se abre hacia ninguna parte

Hay una condena en ese pecho que quiere fingir y no puede
porque el amor es un yunque, empozado en silencios
Muecas, desdenes, una lámpara extiguiéndose ante miradas perplejas

Y ya no hay redes-trampas que aprisionen el pretérito
No hay esbozos de futuro ni llaves mágicas
atrayendo las caricias que fueron aplastadas de rutina

Silencio…
La piel supura sus nostalgias ante la mano ausente
Cuando el beso quedó en la lápida y los ojos escarban en el hueco de la almohada
Cuando el nombre de lo deseado ya es ajeno o no es
Y el “tempo” de los cuerpos son perdigones de impaciencia

Solo hay sombras de alguien que deambula entre vino y vómito
Entre la cuerda rota de un reloj y un retrato que se apelmaza de lágrimas…
Silencio

En el estupor de la cama fría donde callaron los orgasmos
Y espalda con espalda vimos caer los telones…


Carlos Vico

jueves

ART & POESIA (Gustavo Amadori)



En la esquina de la luz
1.
Decir que a veces los sueños llegan a ser
pesados
insoportables
como pies de cabras sobre el resto de un ahogo
decir que a veces hasta la luz es tan oscura
las ventanas
un encierro
decir que giramos y giramos arañando viejas latas
como si al cortarnos las manos supusiéramos la caricia
el consuelo habitual
o los sopapos
decir podría decirte que te quiero
si fueras la que amo y no la otra.

2.
Quizás llueva
de hecho en la ciudad está lloviendo
más no en mí
no en mi cabeza
no en esa cabeza que me resume este cerebro
no en este dolor que siempre va conmigo
no en esa voz que me comenta de otras muertes
para así lograr la inconsciencia de la mía.

3.
Tengo ganas de tomar tus manos y escribirte en cada dedo maleficios
para que al acariciarme tu magia sea mía.
Dirás que te amo
y no diré que estás equivocada e iré a refugiarme entre tus senos
mi sexo endurecido al predecirte
mi boca susurrando sortilegios
intentando embaucar a tu muerte con la mía
intentando que la sangre tuya y mía se entremezclen porque
nuestro amor
era hijo de las palabras del ocaso
y en el ocaso se diluyó hasta el anónimo
y ahora que andás procurándote otras piernas
quizás establezcas que me quieres
pero como siempre estamos aherrojando un asesinato con mentiras.

4.
Una cicatriz en el muro dibujándote
un dolor tan agudo
tan agudo
que el pecho se derrumba y despedaza
mientras en la luna bailan sombras
con la forma del amor aún engañándonos
allí y en las esquinas
muelen las muelas los recuerdos escribiéndolos
como antiguas pinturas en frases escabrosas
y de todos los recuerdos no rescato ni el olvido
porque la mutación de la memoria ha llegado a ser inexorable
y no logro comprender si eras tal y cual ahora pienso
o si te fui transformando como la luz a un crucifijo.

Gustavo A
....

ART Y CINE-ARTE



"Te doy mis ojos"

Una película imprescindible

CRÍTICA porDavid Garrido

En ocasiones hay películas cuyo valor obje-tivo va mucho más allá de la brillantez de su puesta en escena o de un envoltorio formal más o menos cuidado y reside en la impor-tancia de la temática que trata o en la valentía de atreverse a mirar desde ángulos insospe-chados las muchas miserias que se escon-den en nuestra vida cotidiana. En el cine es-pañol tenemos unos cuantos ejemplos recien-tes ("Solas" de Benito Zambrano o "Los Lu-nes" al Sol de Fernando León de Aranoa) de películas que extraen de la re-alidad del día a día y de la atención al pequeño detalle una actitud vital y un fuerte compromiso moral que no aboga tanto por los grandes e inalcanza-bles ideales como por poner la cámara bien asentada en la tierra y, con humildad, retratar certeramente la dificultad del vivir diario.La corta filmografía de Icíar Bollaín se inscribe plenamente en esa ten-dencia ("Hola ¿Estás Sola?" era un retrato del desarraigo juvenil y "Flores de Otro Mundo" una cruda advertencia sobre la inmigración) y con esta "Te Doy Mis Ojos" da un paso adelante al afrontar un tema tan espinoso y so-brecogedor, tan de actualidad (aunque no nos engañemos, el problema vie-ne de siempre) como es el de la violencia de género. Ya en el año 2000 Bollaín había realizado un corto, "Amores Que Matan", también protagoni-zado por Luis Tosar, en el que demostraba su inteligencia al abordar esta cuestión desde el punto de vista más arriesgado y, sin duda, difícil: el de intentar averiguar qué pasa por la mente de aquel que maltrata; conseguir comprender, que no justificar, lo que hace que un hombre sea capaz de machacar a su pareja.




(“Hace mucho que no me regalas nada.” – “Dime lo que quieras y yo te lo doy.” – “Todo, lo quiero todo. ¡Me lo tienes que dar todo!”)

"Te Doy mis Ojos" se sitúa desde un pri-mer momento en el punto de más difícil equilibrio y es muy de agradecer la serie-dad y la absoluta falta de maniqueísmo con la que Icíar y su co-guionista Alicia Luna afrontan la historia que tienen entre manos, pues ahí es nada obligar al especta-dor a que huya de la salida tan inevitablemen-te fácil que supone en estos casos solidari-zarse plenamente con la víctima y olvidarse de cualquier otra consideración, que al fin y al cabo es lo que usted, yo o cualquiera haría en una situación que ni pode-mos ni queremos comprender. Bollaín nos obliga con su película a hacer un mayor esfuerzo intelectual, a pensar, a entender no sólo las razones por las que una mujer es capaz de atravesar todo un infierno con la esperanza de volver a ver en el marido que ahora la maltrata al hombre de quien se enamoró y al que aún ama, sino también todo aquello que provoca en un hombre enamorado de su pareja esa injustificable agresión."Te Doy mis Ojos" se revela como una película que provoca un alto grado de incomodidad en el espectador, posiblemente porque Bollaín es perfec-tamente consciente de que no necesita mostrar la violencia en sí y ni mucho menos recrearse morbosamente en ella, sino que le basta con mostrar sus consecuencias y dejar que el espectador ate los cabos por sí mismo con la información que todos disponemos sobre este tema. Así, cuando asistimos en la primera secuencia a la desesperada huida del domicilio familiar de una despavorida Pilar (Laia Marull, impresionante tan-to por su variedad de registros como por la intensidad emocional con la que dota a su personaje) y su hijo, con el estupendo recurso de guión de la de-soladora frase “¡Que me he venido en zapatillas!” mientras rompe a llorar en brazos de su hermana, intuimos a la perfección el infierno del que viene hu-yendo sin necesidad de visualizarlo.




“Un encuentro de dos: / ojos en los ojos, / cara a cara. / Y cuando estés cerca, te arrancaré los ojos / y los colocaré en el lugar de los míos. / Y arrancaré mis ojos / para colocarlos en el lugar de los tuyos. / Entonces te veré con tus ojos / y tú me verás con los míos

La primera aparición de Antonio (un no me-nos magnífico Luis Tosar, capaz de dotar de humanidad y complejidad a un personaje tan a priori despreciable) nos confirma plenamen-te el territorio en el que nos estamos movien-do. Es impresionante la secuencia de la con-versación a través de la puerta, en la que que-dan claras varias cosas y establece el tono de la película: primero, el amor que ambos sienten el uno por el otro; segundo, la lucha interior de Pilar, incapaz de vencer el profundo miedo que le inspira el hombre que quiere, pese a que todo su ser quiere creer sus buenas palabras; tercero, los esfuerzos de Antonio por controlar su ira, el abismo al que se aboca cuando ve que se hace realidad lo que más teme, que no es otra cosa que la mujer que ama le abandone y el ser incapaz de no recurrir a la violencia cuando ve que todo escapa a su con-trol.Con estos mimbres, Bollaín construye una película compleja que ahonda en lo que en el fondo es una historia de amor. Terrible, por supuesto, pero historia de amor al fin y al cabo, donde ambos per-sonajes luchan consigo mismos para recuperar esos breves instan-tes de felicidad que les llevaron a ser una pareja. La cámara sobria de Bollaín sigue a los dos y a aquellos que les rodean en su peripecia vital púdicamente, siempre desde el respeto y desde la necesidad continua de comprender. Así, acompañamos a Antonio en su paso por un grupo de te-rapia masculina que le ayude a controlar su ira y, lo más importante, a comprender por qué hace lo que hace. Resulta interesante comprobar có-mo, con gran inteligencia, Bollaín introduce en esas sesiones algunas si-tuaciones que mueven a la sonrisa cómplice por la manera en que los hom-bres se enfrentan a sus relaciones con la mujeres; sonrisa que se congela en el mismo instante en que uno cae en la cuenta de que esa ignorancia, aparentemente divertida, no es sino otro síntoma del problema. Pero lo más importante es que Antonio toma conciencia durante estas sesiones de quién es en realidad, de que en el fondo no es nadie y de que, en este caso, la violencia no tiene como objetivo ejercer un poder absoluto, sino que es más producto de la impotencia que le produce su propia anodina existencia.



Por su parte, la visión del personaje de Pilar no es tan positiva como podría pen-sarse, a pesar de que cuenta de antema-no con la adhesión incondicional del es-pectador. La película incide muy particular-mente en esa idealizada idea de lo amoroso que engaña a muchas de las víctimas de los malos tratos y que llevan una y otra vez a las víctimas de las mismas a volver con sus pare-jas maltratadoras. Es encomiable la manera en que Bollaín filma la progresiva toma de conciencia de sí misma de Pilar, que se re-descubre a través de su trabajo (hermosa se-cuencia aquella en la que explica un cuadro a un grupo de turistas mien-tras Antonio la observa, fascinado, oculto entre ellos, revelando tanto al es-pectador como al propio Antonio su nueva faceta) a la vez que se reafirma ante esa hermana que es incapaz de ayudarla porque no ve los matices que separan el blanco del negro (una excelente Candela Peña que nos representa un poco a todos los que vemos este problema “desde fuera”, sin intentar comprenderlo) y una madre consentidora y preocupada por las apariencias (una Rosa Mª Sardá que interpreta al único personaje algo tó-pico en una galería de caracteres complejísimos). En cierto modo, y eso lo comprende mucho antes Antonio que la propia Pilar, la toma de conciencia de sí misma y su consecuente capacidad de ser libre es lo que provoca la impotencia de Antonio, que sólo puede recurrir a la fuerza para intentar re-tenerla, antes de que, como él teme constantemente, encuentre a alguien mejor y le abandone.La violencia doméstica que Bollaín retrata en "Te Doy Mis ojos" es siempre mucho más sugerida que vista, pero está tratada con tal contundencia que convierte la experiencia de ver la película en al-go realmente incómodo y difícil de soportar. No hay sangre, no hay golpes, pero sí hay una destrucción sistemática del yo interior de Pilar (fan-tástica secuencia aquella en la que ésta acude a denunciar a Antonio a la policía y éste sólo sabe preguntar donde están los daños físicos que ella pretende denunciar, mientras Pilar no consigue hacerle comprender que la ha “roto por dentro”, mucho más profundamente que cualquier herida física) que alcanza su culmen en una sobrecogedora secuencia, la brutal escena del balcón en la que la violencia alcanza su grado máximo, la repugnancia moral del acto provoca que apenas pueda uno mantenerse en la butaca y el gesto angustiado, desesperado de una Laia Marull impresionante provo-ca todo tipo de sensaciones en el espectador.



"Te Doy mis Ojos" es pues una película imprescindible, de visionado obligado para cualquier persona con un mínimo de sensatez y conciencia social, desprovis-ta de todo maniqueísmo. Un atroz y certero diagnóstico expuesto con atención al detalle, con madurez creativa y que se sustenta en un guión excelente y unas interpretaciones magníficas y sobrecogedoras. Afronta con va-lentía un problema delicado no desde la abs-tracción o la generalización, sino desde la fuerza de la exposición de un caso concreto, que narra con sus contradicciones y sus in-coherencias sin caer en ningún momento en la más mínima ambigüedad moral. Es cine que consigue el milagro de mostrar la vida con todo lo que conlleva: hay momentos para emocionarse, llorar e incluso sonreír y dejar-se llevar por los breves instantes de felicidad de esa pareja; cine en el que uno no ve personajes, sino personas reales, cercanas, a las que puede comprender aun dentro de su monstruosidad. Toda una lección de vida que no podemos ni debemos olvidar, pues la ignorancia o la falta de compren-sión de estos hechos ayudan no poco a que se perpetúen. Y ante esa po-sibilidad, todos debemos estar más que atentos.

ART & CUENTO CORTO


La culpa

Selavy

Comprendo la voz de otra persona girando el cuello hacia arriba, con mi bastón inclinado en la dirección de aquel que me dice el día que hace. Sé que el sol me da en la frente. Los ciegos notamos el sol con mejor grado que las conversaciones. Se lo digo a mi vecino del quinto, ya en la calle, que lo considera peyorativo, pero asiste con amabilidad siempre. Jamás le he tocado la cara. Eso es cosa de gente imbécil. Algunas personas no invidentes observan este gesto con agrado, pero es de culminar desagradable. No me gusta tocar caras. En los hospitales la gente toca las caras con guantes, me han dicho ¿Pueden creer que desde que conservo recuerdos jamás he curioseado de la propia más que una verruga cercana a la ceja? La comprendo, no puede ver, la pobre, y quiere darse la vuelta por cotejar si logra lo que yo no, que será cuando, despegada, caiga muerta. Si la verruga está bien, yo más o menos, diría, que también. Pensar con los dedazos da mucho de sí, y con la verruga también. Tuve un perro que, decían los que me lo dieron, sería mis ojos.
Me hizo gracia y les expliqué lo desdichado que era aquello en lo que se convertiría, pero lo acogí y lo llamé Ben. Ben me sacaba a pasear, cruzábamos calles, me hacía gracia pensar en lo probable de “perderlo de vista”, como dice la poli de los maleantes o las niñeras que sacan a los monos por el parque de mi barrio. Son esas cosas a las que uno tiende mientras oye los semáforos, huele las tiendas, compra pan y salchichón... Ben siempre comía una parte que yo consideraba justa. Con el tiempo lo devolví a una familia que tenía una hija pequeña. Era muy bueno para ser sólo unos ojos. Aunque los invidentes solemos ser muy ancianos, a veces nos creemos que somos igual de jóvenes que las demás personas. Porque la edad es una cosa que se lleva en los ojos; se lo digo a la Loren que, al ser jovencilla, entiende de estas cosas. Ella me coge la mano. Sabe que es importante para mí y no la corrijo. Hoy me ha llevado al museo del Prado, dice que le hace gracia hacer esas cosas conmigo. Yo también río. Dice que nos van a detener un día, que en esos sitios son muy serios, pero que no puede evitarlo. Hemos visto, dice, unos Murillo. Otros días andamos y me cuenta cosas inventadas de lo que hace la gente. Yo se lo pongo en duda todo el rato, por jugar; que no, que aquel otro es el que vende mecheros. Jugamos al veo veo de camino a casa. ¿Qué ves? Y siempre ve un chaval de dieciséis que, pobre, nació ciego. En eso nos parecemos, le digo. Y me dice que lo sabe y me canta el bolero de los ojos negros que vende porque le han tratado mal. Podríamos ser unos novios, pero no. Cuando se despide, camino hasta la boca más cercana y, ya en el metro, a solas, oigo los nombres de las estaciones hasta que una se llama Marqués de Vadillo. Es derecha, izquierda, escaleras, derecha, escaleras, izquierda y calle, pero recibo ayudas gracias a la caridad que, ay, no es lo contrario de oscluridad. Perdónenme los chascarrillos, señores jueces; comprendan que soy lo bastante joven como para reprimirlos. Perdónenme también el hecho de que esta carta esté escrita en braille. Permítanme imaginar otro cieguito traduciéndosela, acusado quizás de idéntico delito, consistente en proclamar que se curó en Lourdes. Les diré, tan solamente, que la vista se me cayó para el dentro y que ahora veo con un estómago que sólo quiere comerse las instancias que de ustedes van llegando, para luego vomitarlas acá en forma de braille, cosa que, (segundo suspiro de la carta), sus redactores no practican.De pequeño me dijeron que dibujara una mariposa. Era para aprender a ver.

ART Y CUENTO CORTO


FIEBRE DE SÁBADO POR LA NOCHE

Carlos Vico

Veo a los mamarrachos dando vueltas, buscando el consuelo de la mirada, la pequeña aprobación, ayudados por la cómplice semipenumbra musical. Los veo sacudirse Mirta, epilépticos, reinventando a los dinosaurios de la juventud que ha huido, motas perdidas en el vaivén de una vieja canción, grano de arena invisible entre sus pares, peces alados sin cabeza nadando en un acuario sucio de perfumes entremezclados. Los miembros se desparraman sacudidos por el ritmo vandálico que rememora los años de allá lejos, cuando la bengala sexual estaba a dos trancos de pulga, y el futuro era un libro abierto a cualquier estreno.NO sé Mirta, creo que están podridos de nostalgias. Y lo peor de todo es que soy uno más entre mujeres apretadas, camufladas sus flojeras por las prendas anatómicas que desafían por un rato a los estragos de la ley de gravedad; uno más entre hombres que esconden dificultosas panzas, su poca o mucha decadencia de calvas lustrosas, su desenfreno reparador o su abulia por el tiempo irreversible.Y te busco sin saber que te busco a vos, y te adivino solemne entre los cuerpos descabezados, en este antro divino al que llaman “lugar de encuentro para solas y solos”, donde irónicamente la soledad se manifiesta en toda su bronca mordaz y penosa. Porque, debo sincerarme Mirta, hay algo así como un aire desahuciado que nos amontona como hojas muertas, por si acaso...
Por si acaso se produce un chispazo de resurrecciones, y este cielo negro pueda quebrarse en cristales rutilantes que nos devuelvan el tesoro perdido.Entonces te veo.La sonrisa atornillada y suave marcando pliegues a los costados de tu boca, tus ojos que aterrizan en los míos sin pretensiones de partir.Te invito a bailar, y me parece un milagro que aceptes; tu mano como gorrión aterido se desmaya en mi zarpa mientras te guío hacia la pista.Todo los demás desaparece en ese instante, y ya no me siento tan infeliz...

(2)

Mi cabeza entonces salió a rodar entre mausoleos y cruces de mármol, cuando las luces te pintaron el cuerpo de flashes que quiebran los movimientos. Seguramente esta noche Mirta, mis manos querrán hacerle el amor a tus fantasmas, y tu sexo atrapará la sombra dolorida de mi gemelo desdibujado por el tiempo.Y me pregunto por qué, por qué Mirta...
En este hoy no hay karma Budista ni facturas que pagar de otras vidas, estamos pudriendo la vitalidad machacada de sicologías, con redundancias filosóficas de ya-lo-sé-todo.La luz negra te rescata los dientes fosforescentes y perfectos, Mirta, chisporrotea en las pelusas de la remera, en el blanco de tus ojos. Sonríes para mi, solo para mi, y me niego a creerlo. Tal vez en esa intentona simpática hay el deseo de ponerle una escoba tras la puerta a mis dudas destrozonas. Quiero entregarme a tus pechos que tiemblan, a las piernas que dibujan figuras abstractas en el suelo, que mi cabeza se quede en el sitio de las muertas ilustres que coparon mi pasado, que mi cuerpo aprenda a recorrer tus sectores sin duendes ni cadáveres.Entonces alguien canta “Nena Me Gusta Tu Forma”, y ya estás aquí Mirta, la distancia de medio metro o de siglos ahora es una fracción de milímetro de sudor perfumado entre tu mejilla y la mía. Tu mano se incrusta bajo mis costillas y los dedos como un araña nerviosa palpan las cicatrices del corazón.Paul Anka ahora se adueña de los parlantes, te dice “Pon Tu Cabeza Sobre Mi Hombro”, y una voz parecida a la tuya Mirta, susurra en mi oído que “algunos costurones sangran todavía... pero no importa, esta noche no importa” Y sé que sos vos, también con tu pena antigua... También pidiendo socorro..

(3)

¿De qué signo sos?¿Tenés hijos?
Mi hija es epiléptica desde muy pequeñita
Tuvo once convulsiones el otro día
La sicóloga me dijo que me abra a las nuevas posibilidades.
Mi ex marido era golpeador...
La voz de Mirta se sobrepone a la suave estridencia de los Bee Gees, el arte de los sonidos combinados hace mover su esqueleto precioso, y su esqueleto hace vibrar a la carne que lo adorna, y su carne hace señales de faro convocante hacia mi lujuria en tensión.Y yo le digo que soy del mejor signo del zodíaco, que tengo hijos, y ellos a su vez tienen hijos, lo que por decreto universal me convierte en abuelo, aunque no lo parezca... ¡Santo dios! Y que nunca fui al psicólogo pero que tengo un amigo hurgacerebros que además es rengo; que no tuve un marido golpeador pero sí una esposa que con su lengua machacante trituró mis testículos hasta que decidí liberarla de mi presencia fastidiosa.Y todo acontece al son de alguna antigüedad de los Beatles y los Creedence amantes del agua clara, y de pronto en la caja craneana se abre un compartimiento de silencio reflexivo...¿Qué es esto...?Es nada más y nada menos que la ceremonia de levante de los divorciados.Hablamos del desamor para conquistar la limosna de un posible amor, hasta que los fantasmas se apoderan del ritmo...Me dan ganas de llorar y las caderas de Mirta me recuerdan a las de Marta, y su sonrisa despide sangre de huevos desgarrados, sus movimientos armoniosos son los ataques de la desidia que malograron juramentos.Entonces me poseen unas terribles ganas de ir hacia el baño, le pido disculpas, no puedo seguir bailando...

ART & LITERATURA


Ernesto Sábato

El túnel (fragmento)


" Fué una espera interminable. No sé cuanto tiempo pasó en los relojes, de ese tiempo anónimo y universal de los relojes, que es ajeno a nuestros sentimientos, a nuestros destinos, a la formación o al derrumbe de un amor, a la espera de una muerte. Pero de mi propio tiempo fué una cantidad inmensa y complicada, lleno de cosas y vueltas atrás, un río oscuro y tumultuoso a veces, y a veces extrañamente calmo y casi mar inmóvil y perpetuo donde María y yo estábamos frente a frente contemplándonos estáticamente, y otras veces volvía a ser río y nos arrastraba como en un sueño a tiempos de infancia y yo la veía correr desenfrenadamente en su caballo, con los cabellos al viento y los ojos alucinados, y yo me veía en mi pueblo del sur, en mi pieza de enfermo, con la cara pegada al vidrio de la ventana, mirando la nieve con ojos también alucinados. (...)A veces volvía a ser piedra negra y entonces yo no sabía qué pasaba del otro lado, qué era de ella en esos intervalos anónimos, qué extraños sucesos acontecían; y hasta pensaba que en esos momentos su rostro cambiaba y que una mueca de burla lo deformaba y que quizá había risas cruzadas con otro y que toda la historia de los pasadizos era una ridícula invención o creencia mía y que en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida. Y en uno de esos trozos transparentes del muro de piedra yo había visto a esta muchacha y había creído ingenuamente que venía por otro túnel paralelo al mío, cuando en realidad pertenecía al ancho mundo, al mundo sin límites de los que no viven en túneles; y quizá se había acercado por curiosidad a una de mis extrañas ventanas y había entrevisto el espectáculo de mi insalvable soledad.(...)Yo no decía nada. Hermosos sentimientos y sombrías ideas daban vueltas en mi cabeza, mientras oía su voz, su maravillosa voz. Fui cayendo en una especie de encantamiento. La caída del sol iba encendiendo una fundición gigantesca entre las nubes del poniente. Sentí que ese momento mágico no se volvería a repetir nunca. -Nunca más, nunca más- pensé, mientras empecé a experimentar el vértigo del acantilado y a pensar qué fácil sería arrastrarla al abismo, conmigo. "

El Poder de la Palabrawww.epdlp.comBarcelona - Nueva York
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Ernesto Sábato
(Argentina, 1911)

Novelista y ensayista argentino, cuya obra se caracteriza por un profundo contenido intelectual sobre la difícil separación entre las nociones del bien y del mal, y por un estilo brillante e inquietante. Nació en Rojas (Buenos Aires) en el seno de una familia de inmigrantes italianos. Estudió Física y Matemáticas en la Universidad de La Plata; después de doctorarse en 1938, viajó a París para trabajar en los laboratorios Joliot-Curie. Entró en contacto con el surrealismo, experiencia transcendente en su vida ya que decidió adentrarse en los territorios más oscuros del arte apoyándose en el lenguaje del inconsciente y en los métodos del psicoanálisis. Regresó a Argentina en 1940 como profesor de la Universidad Nacional de Buenos Aires. En 1945 publicó unos artículos en el periódico La Nación atacando el régimen de Perón, por lo que se vio forzado a abandonar la enseñanza. Estuvo retirado durante un año y el resultado fue el libro Uno y el universo (1945), una colección de artículos políticos, filosóficos en los que censuraba la moral neutral de la ciencia heredada del siglo XIX. Esta desconfianza en la ciencia le llevó a investigar sobre las posibilidades que ofrecería la literatura para analizar problemas existenciales, y el fruto fue la novela El túnel (1948) en la que el narrador describe una historia de amor y muerte en la que muestra la soledad del individuo contemporáneo. A Sábato le interesa reflexionar sobre la locura, comprender el motivo por el cual el protagonista mata a la mujer que ama y que es única vía de salvación. La obra tuvo una gran aceptación y sirvió para calificar a su autor como una inquietante y original personalidad literaria. Sobre héroes y tumbas (1961), considerada la mejor novela argentina del siglo XX, fue su siguiente obra y consagró a Sábato como escritor universal. En ella quiso indagar "las verdades últimas (y muchas veces atroces) que hay en el subsuelo del hombre"; vertió sus obsesiones personales en una clara introspección autobiográfica en medio de las reflexiones sobre la historia argentina; todo a lo largo de la obra se va haciendo negativo, pesimista, sin salida. La novela muestra a los últimos representantes de una familia oligárquica venida a menos, en la que se intercala la historia de los seguidores del general Lavalle que una vez derrotados llevaron el cuerpo muerto de su jefe al exilio; en un tercer plano argumental pero vertebrador de la estructura del libro e imprescindible para el conocimiento del personaje central, Fernando, está el 'Informe para ciegos' que a veces se ha publicado como pieza autónoma, una pesadilla que sufre Fernando culpabilizándose por un incesto cometido y que lleva al autor a introducirse en los abismos infernales más perturbadores, combinando elementos tomados del surrealismo, Nietzsche, Jung y Freud. Aún siguió reflexionando sobre las posibilidades de la novela en Abaddón, el exterminador (1974) de corte autobiográfico más acusado, con una estructura narrativa aparentemente fragmentario, y de argumento apocalíptico en el cual las potencias maléficas rigen el universo y es inútil la resistencia. Su compromiso civil, en defensa de la democracia y del respeto a los derechos humanos, se muestra en ensayos como El otro rostro del peronismo, El caso Sábato, Torturas y libertad de prensa, Carta abierta al general Aramburu (1956), La cultura en la encrucijada nacional (1976); en 1985 presidió la Comisión Nacional que publicó el informe Nunca más sobre la represión llevada a cabo en Argentina por los gobiernos militares desde 1976 a 1983. Toda su reflexión sobre la literatura y especialmente sobre la novela la ha plasmado en ensayos tan significativos como El escritor y sus fantasmas (1963) y Aproximación a la literatura de nuestro tiempo: Robbe-Grillet, Borges, Sartre (1968). Sábato ha recibido el nombramiento de Caballero de la Legión de Honor de Francia en 1979, y el Premio Miguel de Cervantes en 1984. Desde hace años, la pérdida progresiva de la vista le ha alejado de la escritura, aunque ha descubierto la pintura y a ella dedica gran parte de su tiempo. © eMe

Palabras de Sabato:

  • Ser original es en cierto modo estar poniendo de manifiesto la mediocridad de los demás.

  • Las modas son legítimas en las cosas menores, como el vestido.

  • En el pensamiento y en el arte son abominables.

  • El mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria.

  • Hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad, y es no resignarse.

  • Habrá siempre un hombre tal que, aunque su casa se derrumbe, estará preocupado por el Universo.

  • Habrá siempre una mujer tal que, aunque el Universo se derrumbe, estará preocupada por su hogar. (Uno y el universo)

  • Se discute si Dalí es auténtico o farsante. Pero, ¿tiene algún sentido decir que alguien se ha pasado la vida haciendo una farsa? ¿Por qué no suponer, al revés, que esa continua farsa es autenticidad? Cualquier expresión es, en definitiva, un género de sinceridad. (Uno y el universo)

  • El presente engendra el pasado. (Uno y el universo)

  • El oficio -en el arte-, consiste en que no se lo advierta. (Uno y el universo)

  • ¿O será uno de esos seres solitarios y a la vez temerosos que sólo resisten la soledad con la ayuda de ese gran enemigo de los fantasmas, reales o imaginarios, que es la luz? (Sobre héroes y tumbas)

  • Siempre tuve miedo al futuro, porque en el futuro, entre otras cosas, está la muerte. (Diálogos con Jorge Luis Borges)

  • Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo.
    Todo hace pensar que la Tierra va en camino de transformarse en un desierto superpoblado ...
    Este paisaje fúnebre y desafortunado es obra de esa clase de gente que se habrá reído de los pobres diablos que desde hace tantos años lo veníamos advirtiendo, aduciendo que eran fábulas típicas de escritores, de poetas fantasiosos. (Antes del fin)

  • Si nos cruzamos de brazos seremos cómplices de un sistema que ha legitimado la muerte silenciosa. (La Resistencia)

ART & LITERATURA


Albert Camus

La misión del escritor (fragmento)
" Jamás he podido renunciar a la luz, a la felicidad de existir, a la vida libre en que he crecido. Pero aunque esta nostalgia explique muchos de mis errores y de mis faltas, me ha ayudado sin duda a comprender mejor mi oficio, me sigue ayudando a mantenerme, ciegamente, junto a todos estos hombres silenciosos que no soportan la vida que se les hace en el mundo más que por el recuerdo o el refugio en el remanso de breves y libres felicidades. "

El extranjero (fragmento)

" Yo sentía una naturaleza tal que mis necesidades físicas desplazaban a menudo mis sentimientos. Cuanto más reflexionaba, más cosas desconocidas y olvidadas sacaba de mi memoria. Comprendí entonces que un hombre que no hubiera vivido más que un solo día podría sin esfuerzo vivir cien años en una prisión. Tendría bastantes recuerdos para no aburrirse.
(...)
Comprendí que había destruido el equilibrio del día, el silencio excepcional de una playa donde había sido feliz. Entonces disparé cuatro veces sobre un cuerpo inerte en el que se hundían las balas sin que lo pareciese. Fueron cuatro golpes breves con los que llamaba a la puerta de la desgracia. "

Bodas en Tipasa (fragmento)

" En los misterios de Eleusis, bastaba contemplar. Aquí mismo, sé que nunca me aproximaré suficientemente al mundo. Necesito estar desnudo y hundirme luego en el mar, perfumado todavía por las esencias de la tierra, lavarlas en él y atar sobre mi piel el abrazo por el cual suspiran, labio a labio, desde hace tiempo, la tierra y el mar. Inmerso en el agua, sobrevienen el escalofrío, la subienda de una liga fría y opaca; la zambullida, luego, con el zumbido de los oídos, la nariz manante y la boca amarga –nadar: sacar del mar los brazos barnizados de agua para que se doren al sol y sumirlos de nuevo en una torsión de todos los músculos; el curso del agua sobre mi cuerpo, esa tumultuosa posesión de la onda por mis piernas– y la ausencia de horizonte. En la playa, es la caída sobre la arena, abandonado al mundo, de vuelta a mi peso de carne y huesos, embrutecido de sol, teniendo, de vez en cuando, una mirada para mis brazos en donde las charcas de piel seca descubren, al deslizarse el agua, el vello rubio y el polvillo de sal.

(...)

Los árboles se habían poblado de pájaros. La tierra suspiraba lentamente antes de entrar en la sombra. Dentro de un momento, con la primera estrella, caerá la noche sobre la escena del mundo. Los resplandecientes dioses del día tornarán a su muerte cotidiana. Pero otros dioses vendrán. Y para ser más sombríos, sus asolados rostros habrán nacido en el corazón de la tierra. Ahora, al menos, la incesante eclosión de las olas sobre la arena me llegaba a través de todo un espacio en el que danzaba un polen dorado. Mar, campiña, silencio, perfumes de esta tierra, me henchían de una vida odorante y mordía en el fruto, dorado ya, del mundo, conturbado al sentir su jugo dulce y fuerte deslizarse a lo largo de mis labios. No, no era yo quien contaba, ni el mundo, sino el acuerdo y el silencio de que él en mí hacía nacer el amor. Amor que no tenía yo la debilidad de reivindicar para mí solo, consciente y orgulloso de compartirlo con toda una raza, nacida del sol y del mar, viva y sápida, que extrae su grandeza de su sencillez y, de pie sobre las playas, dirige su sonrisa cómplice a la sonrisa luciente de sus cielos. "

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Albert Camus
(Francia, 1913-1960)


Novelista, ensayista y dramaturgo francés, considerado uno de los escritores más importantes posteriores a 1945. Su obra, caracterizada por un estilo vigoroso y conciso, refleja la philosophie de l'absurde, la sensación de alienación y desencanto junto a la afirmación de las cualidades positivas de la dignidad y la fraternidad humana. Camus nació en Mondovi (actualmente Drean, Argelia), el 7 de noviembre de 1913, y estudió en la universidad de Argel. Sus estudios se interrumpieron pronto debido a una tuberculosis. Formó una compañía de teatro de aficionados que representaba obras a las clases trabajadoras; también trabajó como periodista y viajó mucho por Europa. En 1939, publicó Bodas, un conjunto de artículos que incluían reflexiones inspiradas por sus lecturas y viajes. En 1940, se trasladó a París y formó parte de la redacción del periódico Paris-Soir. Durante la II Guerra Mundial fue miembro activo de la Resistencia francesa y de 1945 a 1947, director de Combat, una publicación clandestina. Argelia sirve de fondo a la primera novela que publicó Camus, El extranjero (1942), y a la mayoría de sus narraciones siguientes. Esta obra y el ensayo en el que se basa, El mito de Sísifo (1942), revelan la influencia del existencialismo en su pensamiento. De las obras de teatro que desarrollan temas existencialistas, Calígula (1945) es una de las más conocidas. Aunque en su novela La Peste (1947) Camus todavía se interesa por el absurdo fundamental de la existencia, reconoce el valor de los seres humanos ante los desastres. Sus obras posteriores incluyen la novela La caída (1956), inspirada en un ensayo precedente; El hombre rebelde (1951); la obra de teatro Estado de sitio (1948); y un conjunto de relatos, El exilio y el reino (1957). Colecciones de sus trabajos periodísticos aparecieron con el título de Actuelles (3 vols., 1950, 1953 y 1958) y El verano (1954). Una muerte feliz (1971), aunque publicada póstumamente, de hecho es su primera novela. En 1994, se publicó la novela incompleta en la que trabajaba cuando murió, El primer hombre. Sus Cuadernos, que cubren los años 1935 a 1951, también se publicaron póstumamente en dos volúmenes (1962 y 1964). Camus, que obtuvo en 1957 el Premio Nobel de Literatura, murió en un accidente de coche en Villeblerin (Francia) el 4 de enero de 1960. © eMe

Fernando Savater dijo de él: “Sin duda Albert Camus es uno de los protagonistas literarios de nuestro siglo que más amistades entrañables han despertado en sus lectores. Y desde luego también de los que ha concitado, al menos cuando aún vivía, antagonismos más irrevocables. Estos últimos son no menos comprensibles, porque hay en torno a Camus una aureola casi insultantemente positiva: fue atractivo, elegante sin afectación, moderno, valiente, recto, deportivo, un chico de la calle humilde pero arrollador, tocado por la gracia del fervor popular en cuanto hacía, fuese periodismo, novela o teatro, radical humanista de la política en tiempos especialmente inhumanos, laureado con el Premio Nobel más joven que nadie… Se enfrentó a todos los totalitarismos en una época en que prácticamente no se encuentra ningún intelectual que no coquetease antes o después al menos con uno de ellos… ¿cómo no envidiarle mucho, cómo no detestarle un poco, igual que se siente ojeriza por el infalible primero de la clase? Y sin embargo, despierta amistad: porque sabe mostrar el lado irrepetible y frágil de cada uno de nosotros, porque se declara incompleto, insatisfecho, falible, porque sostiene principios elevados pero demuestra amar hasta lo menos excelso de la vida, porque cultiva los razonamientos pero no escamotea su desenlace absurdo, porque muestra más de lo que demuestra, porque no se le puede confundir con un profesor y guarda siempre en él algo de trémulamente joven e inmaduro. Hasta la muerte fue galante con él, ahorrándole ¿ahorrándonos? las redundancias o las dimisiones de su envejecimiento.”

ART & LIBROS

EL TUNEL

(El túnel)
Ernesto Sábato
Editorial Cátedra
Letras Hispánicas
Edición de Ángel Leiva
Duodécima Edición
Ilustración de cubierta: Mauro Cáceres
© Ernesto Sábato ISBN:84-376-0089-8
165 páginas


Argumento

Ficha realizada por Joseph B. Macgregor



"Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne". Con esta autoconfesión tan brutal, tan tajante comienza "El túnel". Y es el propio Castel el que nos relata, a modo de intensa y brutal introspección, la historia de su tormentosa pasión por María, la historia de una obsesión; de una pasión cada vez más destructiva por una mujer inalcanzable, enigmática, fría. María fue la única persona que se fijó en el detalle en apariencia insignificante de uno de sus cuadros, (Castel es pintor) una pequeña ventana del fondo, a través de la cual aparece en la lejanía una paisaje marítimo en donde una mujer observa al mar; imagen que siempre había obsesionado profundamente al propio autor. Castel cree ver puntos de contacto entre esa mujer y él mismo y comienza a obsesionarse con ella. Su carácter introvertido, tímido, su inseguridad, su dificultad para entenderla, para llegar a conocerla profundamente, o desentrañar sus enigmas nos hace pronto prever el desastre anunciado.
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Sobre esta novela...



Axel Tagliapietra



Lo más interesante que tiene esta novela, en mi opinión, es la analogía de lo que es el túnel, algo que comienza siendo una incógnita desde el principio, hasta que logra ser explicado al final. Castel creía que la vida de María y la suya corrían por dos túneles en forma paralela y que ellos deberían encontrarse al final de esos pasadizos. Pero eso sólo había sido una estúpida idea, ya que él corría por su propio túnel, y lograba ver a María en las partes donde el muro que lo separaba era de vidrio. Pero a veces, la pared volvía a ser de piedra negra y entonces él no sabía qué pasaba del otro lado. Además dice que quizá, sólo había un único túnel, oscuro y solitario, donde transcurría la vida de él. Y en uno de esos trozos transparentes del muro, él había visto a María, creyendo que iba por otro túnel paralelo al suyo, cuando en realidad pertenecía al ancho mundo de personas que no viven en túneles y seguramente ella (sin saber su razón) se había acercado a una de sus ventanas, por donde se conocieron. O sea que termina aceptando que él es el que tiene la culpa de su infelicidad. Comapara el túnel con su terrible soledad y depresión.... Otro de mis gustos sobre esta novela, es que mencionando desde el principio que contará su confesión sobre el hecho de haber cometido un crimen, produce al lector mucha intriga del porqué.